Consejos para el cuidado de los ojos en el verano

Llegó el verano, las playas, las piscinas, el balón, la bicicleta y de vez en cuando algún que otro susto con nuestros hijos, pues ya sabemos ese refrán de que “cuando un niño no hace una, es que hace dos”. Las vacaciones es el tiempo donde pueden ocurrir muchos accidentes imprevistos que pueden hacernos pasar un mal rato, por ello nada mejor que tener en cuenta algunos consejos útiles para pasar un buen verano:

· En caso de un golpe con algún objeto punzante en el ojo, es importante no presionar nunca el globo, puede ocurrir lo que denominamos una perforación ocular, que es algo muy grave y que cualquier maniobra para abrir el ojo a la fuerza, puede complicarlo. Por ello ante este sospecha, lo mejor es ocluir el ojo sin hacer presión de ningún tipo y acudir lo antes posible a un centro de Urgencia.
· Nos ha entrado arena de la playa al ojo; en este caso lo mejor es no frotar el ojo, aunque la reacción instintiva sea de hacerlo, pues la arenilla depositada en los párpados, puede hacer como papel de lija sobre el ojo y arañarlo. Por ello, lo mejor es separar los párpados con cuidado y lavarlo con agua o mucho mejor suero o lágrimas artificiales (siempre recomendable tener algunas de esas pequeñas botellitas de suero en el bolso cuando vamos con niños a la playa). Si a pesar de eso, la molestia persiste, en ocasiones nos puede haber entrado algo debajo del párpado, que requeriremos que nos lo extraiga el personal cualificado, pero recordemos nunca frotar los ojos.
· Tenemos los ojos muy rojos tras haber estado en la playa o la piscina: Es frecuente en verano que aumenten las conjuntivitis alérgicas e irritativas, para lo cual siempre es recomendable el lavado de los ojos con suero fisiológico o lágrima artificial al volver de la piscina o la playa. Especialmente si esas gotitas las mantenemos en la nevera, puede ser de gran alivio tras un día de mucha diversión marina. Si a pesar de ello, la molestia continúa, requeriremos de nuestro oftalmólogo para prescribirnos algún tratamiento para aminorar los síntomas, muchas veces de naturaleza alérgica, acrecentados por la irritación del cloro o el salitre del mar.
· Nos hemos dado un golpe en la cara y tenemos el párpado hinchado. No es infrecuente que ante un traumatismo los párpados se hinchen, pues es una zona donde se deposita la sangre por ser tejidos más laxos. Es importante que nos aseguremos que el golpe no ha sido en el globo ocular y que no tenemos ninguna pérdida o déficit visual, ni alteración en los movimientos oculares o visión doble, pues en ese caso deberemos acudir a nuestro especialista. Si solo se trata del típico hematoma, el frío local puede aliviarnos y ayudar a disminuirlo, si bien deberemos en ocasiones tratarlo con alguna medicación, pero siempre bajo recomendación de nuestro médico, pues recordemos que no todas las pomadas pueden entrar en contacto con los ojos.
· Si tenemos muchas legañas y los párpados pegados, posiblemente habremos cogido una conjuntivitis y deberemos acudir a nuestro médico para que nos prescriba algún tratamiento. Pero deberemos tener también cuidado de no contagiar a otros niños. Estas épocas son muy proclives a contagios de unos niños a otros, por lo que si nuestro hijo está con estos síntomas, mantengamos un poco de precaución para evitar que contagie a otros niños, al menos hasta que se encuentre en tratamiento y libre de esa fase de riesgo. Igualmente si vemos a un niño que presenta este problema , no compartamos pañuelos o toallas para limpiarnos, pues eso puede ser la fuente de contagio. Lo mejor ante una infección es usar gasas o pañuelos de papel desechables, pero nunca el mismo pañuelo de uno a otro ojo, pues nos estaremos autocontagiando.
· Si ante un golpe, manifestamos cualquier problema de visión, debemos consultarlo inmediatamente con nuestro oftalmólogo. En ocasiones existen traumatismos que pueden ocasionar alteraciones dentro del ojo, bien hemorragias o desprendimientos de retina, que pueden tener una seria repercusión si no son tratados a tiempo. Por ello si ante un golpe tenemos una dificultad visual, vemos una sombra o muchos puntitos negros que se mueven, deberemos consultarlo a la mayor brevedad.
· Como medida de precaución para aquellos que acostumbran a estar mucho tiempo al sol, siempre es recomendable el empleo de unas gafas de protección solar adecuadas. Recordemos que para aquellos niños que ya usan gafas, éstas gafas de sol deben ser graduadas con su corrección adecuada, por lo que no sirve una gafa cualquiera. Incluso para aquellas personas que no emplean gafas normalmente y desean una gafa de sol, ésta siempre debe ser con los adecuados controles de calidad, pues no es lo mismo una gafa de sol que una gafa con un cristal tintado. Recurramos siempre a una óptica para elegir la gafa que nos guste, por muy atractivas que nos parezcan las ofertas de los chiringitos de la playa, pues con frecuencia estas “ofertas” a la larga cuestan muy caras para nuestra salud. Todos nos protegemos de los rayos solares con pomadas para evitar quemaduras y en ocasiones dejamos la parte más sensible que son nuestros ojos, expuestos a la radiación solar, lo cual es especialmente patente en aquellas personas con ojos claros. No olvidemos que nuestros ojos son una parte fundamental del cuerpo que también debemos cuidar y proteger.

Recurramos siempre a nuestros especialistas para el cuidado de nuestros ojos y pasemos un feliz verano disfrutando del sol y las playas de nuestro querido litoral mediterráneo.

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