El Estrabismo es algo más que estética.

Tradicionalmente se entiende por estrabismo aquella enfermedad en la que el paciente manifiesta una desviación de sus ojos, es decir, mientras un ojo se mantiene mirando a un punto determinado, el otro ojo se encuentra desviado apuntando a otro objeto distante. Esto es cierto, pero el estrabismo es algo más que una mera desviación o un único componente estético de la mirada.
A la hora de abordar el tratamiento de un paciente que padece estrabismo, debemos considerar esta enfermedad no únicamente como una desviación de los ojos, sino que debemos tener en consideración todos los componentes sensoriales que ello conlleva. Así cuando un ojo se desvía, lo primero que ocurre es la pérdida de la visión de profundidad, visión en tres dimensiones o estereopsis. Una persona es capaz de poder calcular la profundidad de un objeto o la distancia a la que éste se encuentra en base a que existe una visión tridimensional, gracias a que ambos ojos miran al mismo objeto desde ángulos ligeramente distintos (pues ambos ojos se encuentran con una pequeña distancia entre ellos). Esto hace que cuando cualquiera de ambos ojos se desvía, no podamos percibir esa profundidad y perdamos la visión de tres dimensiones, lo cual es muy fácilmente percibido por una persona adulta que de forma repentina sufre una desviación ocular, por la dificultad que se encuentra al intentar poner agua en una copa lejana (la suele verter fuera del vaso) o la dificultad que tiene en aparcar un vehículo por la imposibilidad para calcular la distancia a la que los otros automóviles se encuentran.
Evidentemente, la estereopsis no es algo cuya ausencia nos impida llevar una vida normal, pero sí es algo que en algunas profesiones, como pilotos, conductores, etc… puede ser de suma importancia por la necesidad de calcular exactamente las distancias.
Esta habilidad que como decimos se pierde cuando aparece un estrabismo constante, es algo que en algunos casos podemos recuperar y mantener si dicho estrabismo es tratado a tiempo y evidentemente dependiendo del tipo de dicho estrabismo. Esto es especialmente relevante en el caso de los estrabismos divergentes (los ojos se desvían hacia afuera), donde su presencia puede comenzar de forma intermitente y progresivamente hacerse más constante, llegando a perder dicha capacidad de visión tridimensional. Cuando afrontamos el tratamiento temprano de este estrabismo, bien mediante cirugía y/o en su caso acompañada mediante ejercicios de rehabilitación que puedan ayudarnos a mantener la fusión de ambos ojos estable, podremos conseguir no sólo el perfecto alineamiento desde un punto de vista estético, sino también y fundamentalmente el mantenimiento de dicha visión tridimensional.
El tratamiento del estrabismo hoy en día no es solamente mediante una intervención quirúrgica, sino que la colaboración con Optometristas expertos en terapia visual y en realización de estudios sensoriales es un pilar fundamental en el tratamiento del estrabismo. El Estrabismo debe abordarse multidisciplinarmente y personalizadamente.
No sólo estas capacidades sensoriales son fundamentales a la hora de tratar un estrabismo, sino que grados más leves de los mismos pudieran considerarse aquellas situaciones donde los niños muchas veces manifiestan problemas a la hora de la lectura o de la escritura, que si bien no llegan a producir una desviación de los ojos, muchas veces nos encontramos ante situaciones donde el seguimiento ocular se encuentra dificultado y es gracias a estos tratamientos rehabilitadores con ejercicios que refuercen las capacidades visuales, sensoriales y motoras cuando conseguimos un tratamiento correcto y la restitución de la integridad de las capacidades visuales.
Por ello ante cualquier problema de concentración a la hora de la lectura o de aparente o manifiesta desviación de los ojos, tras descartar la existencia de un problema refractivo (necesidad de gafas), debemos excluir la existencia de alteraciones sensoriales y motoras que sean los causantes de sintomatologías que muchas veces conducen al retraso escolar por las dificultades que los niños manifiestan frente a las actividades diarias de lectura y escritura.
El tratamiento del estrabismo debe ser afrontado en su totalidad de una manera íntegra, no sólo considerando el punto de vista de la estética, sino también el punto de vista funcional y sensorial del mismo.

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