“Tengo dolor y el ojo muy rojo”.
El dolor es un síntoma de alarma ante un problema en nuestro organismo, así ante cualquier proceso doloroso ocular debemos consultarlo con nuestro oftalmólogo, más aún si cursa con ojo rojo, el cual puede ser debido desde a procesos banales como conjuntivitis, hasta procesos como subidas bruscas de tensión ocular o glaucoma agudo, considerado como una urgencia. Estos procesos deben ser tratados lo antes posible para evitar problemas irrecuperables si se demora su asistencia.
“Tengo dolor de ojos cuando estoy mucho tiempo leyendo”.
Este es un proceso relativamente frecuente en aquellas personas que bien por no estar correctamente graduadas o bien comenzar con síntomas de vista cansada (presbicia), realizan un esfuerzo visual continuado, el cual se manifiesta con dolor ocular e incluso cefaleas. Durante la juventud podemos hacer esfuerzos visuales que con la edad pueden verse imposibilitados y nos hace que debamos solucionarlos, la mayoría de las veces mediante el empleo de gafas.
“Hace unos minutos empecé a ver borroso, como destellos de luz, y ahora tengo un fuerte dolor de cabeza”.
A veces una manifestación de las jaquecas comienza con manifestaciones oculares, son la denominadas jaquecas oftálmicas, las cuales comienzan con alteraciones visuales de distintos tipos (visión borrosa, destellos, molestia de la luz o fotofobia, etc), y acaba con un fuerte dolor ocular y de cabeza, que sólo calma tras el reposo en una habitación a oscuras. Requerirá una correcta valoración por parte del oftalmólogo en colaboración con su médico general para tratar el proceso y descarta otras posibles causas.
“Hace años me arañé en un ojo y ahora vuelvo a tener un fuerte dolor en ese ojo, pero no me he vuelto a lastimar”
No es rara la presencia de lo que se llaman úlceras recidivantes, las cuales son episodios de úlceras que tras su reparación vuelven a ocurrir al cabo de un tiempo, sin ningún factor predisponente. Se cree que la base de este proceso está en una incorrecta cicatrización inicial, requiriendo tratamiento y en algunos casos intervención con láser para solucionar de forma definitiva el problema. Existen diversos tratamientos tópicos con gotas que ayudan a una mejor reparación y cicatrización de los tejidos oculares.
“Tengo un ojo rojo con dolor, y una pupila de forma rara, además que veo mal”
La presencia de ojo rojo, doloroso, con alteración en la visión y con deformidades en la pupila, sugiere la presencia del proceso denominado uveitis anterior, el cual se trata de una inflamación de las capas internas del ojos y que debe recibir prontamente tratamiento para frenar la inflamación, recuperar visión y evitar secuelas a largo plazo como las deformidades pupilares o sinequias, consistentes en adherencias entre el iris y el cristalino que pueden conllevar problemas de glaucoma o complicaciones al intervenir dichos ojos. El diagnóstico y tratamiento de estos problemas no debe demorarse.
“Veo mal, tengo el ojo muy rojo y tengo un dolor muy fuerte hacia la cabeza que me hace vomitar”.
Todos estos síntomas que en principio pudieran parecer no relacionados por involucrar múltiples sistemas, nos hacen pensar en el desarrollo de un ataque agudo de glaucoma o hipertensión ocular. Se considera una patología que debe ser tratada de forma urgente para prevenir pérdida de visión de forma irrecuperable. Aún a pesar de conseguirse disminuir la tensión ocular.
“Tengo un ojo que no ve desde hace años, pero ahora tengo dolor”
A veces un ojo sin visión puede acabar en procesos dolorosos que puede y deben ser tratados con la finalidad de evitar dicho dolor. Existen hoy en día multitud de tratamientos para solucionar este problema una vez conocida la causa, y sino se puede conseguir visión, al menos poder mitigar el dolor, bien mediante tratamiento con colirios o mediante distintas alternativas de láser o quirúrgicas.
“Me entró una arenilla en el ojo que me salió al lavarlo con agua, pero ahora me duele”.
Cuando entra un cuerpo extraño al ojo, a veces al parpadear se produce un efecto de arañazo sobre la córnea que dependiendo de la duración del proceso puede condicionar desde una leve alteración en su superficie o epiteliopatía, hasta una úlcera, las cuales deben ser tratadas con unguentos lubricantes y antibióticos, e incluso en algunos casos la oclusión durante 24 horas y con control oftalmológico para asegurar la reparación correcta.
“Me he quitado las lentillas y me duele mucho el ojo”.
A veces al extraer una lente de contacto lo realizamos con tal rapidez que no podemos ejercer alguna pequeña erosión en la superficie del globo, las cuales suelen ser intrascendentes y se reparan con la instilación de lágrimas artificiales y reposo del empleo de lentes de contacto durante un tiempo hasta completar la reparación del problema.