Tuerzo los ojos o es un falso estrabismo


Con frecuencia los niños al nacer pueden dar la apariencia de que los ojos no están perfectamente alineados, sino que tuercen los ojos con mayor frecuencia hacia dentro y es algo que preocupa mucho a los padres, pues si bien en algunos casos puede ser solamente un falso aspecto (pseudoestrabismo), en otros si que puede haber una verdadera desviación que conlleve la necesidad de tratamiento y de seguimiento de su visión para evitar el desarrollo de un ojo vago.

En primer lugar debemos decir que durante los primeros 2-3 meses de vida puede haber una cierta falta de coordinación de los movimientos oculares, por lo cual el estrabismo en estos primeros meses de vida no suele ser valorable de una forma precisa (salvo desviaciones muy manifiestas que es lo que conocemos como endotropia congénita).

Pero a partir de los 2-3 meses de vida, cualquier apariencia de desviación ocular debe ser valorada, no pudiendo justificar esa falta de coordinación mas allá de esos primeros meses de vida. Así no es de extrañar que muchos de estos casos que aparentemente tienen una desviación, cuando se valoran por el especialista, se llegue a la conclusión de que son falsos estrabismos, debidos la mayoría de las veces a que los niños recién nacidos al no tener casi nariz (lo que conocemos médicamente como epicantus), hace que adopten una apariencia de desviación de los ojos hacia dentro, especialmente cuando miran hacia los lados, de forma que al mirar al lado derecho nos da la impresión de que el ojo izquierdo se mete más que el ojo derecho. Esto es debido a que los párpados tapan parte del globo ocular y dan esa falsa apariencia de desviación, e igual ocurre cuando mira hacia el lado izquierdo con el ojo derecho. Por el contrario cuando mira al frente, la desviación disminuye o desaparece. Estos niños no requerirán ningún tratamiento, solo el seguimiento habitual, pues el propio desarrollo de su carita hará que esa falta apariencia de desviación vaya desapareciendo, pero a pesar de todo siempre deben de verse por un oftalmólogo especializado en estrabismos, pues en ocasiones pueden padecer un verdadero estrabismo que solo se manifieste por la limitación en miradas laterales y su tierna edad nos lleve a un error y a posponer el tratamiento.

Pero si bien esta confusión puede ser frecuente cuando la desviación de los ojos nos parece que es hacia dentro, cuando por el contrario lo que nos parece es que los ojos se desvían hacia fuera, es más infrecuente y en este caso los párpados no suelen poder justificarlo, sino que más bien suele ser un estrabismo verdadero, el cual cuando se manifiesta desde recién nacido requerirá un estudio mas detallado para excluir cualquier alteración a nivel cerebral a las que con frecuencia van asociados este tipo de estrabismos. Por otro lado estos estrabismos divergentes en muchas ocasiones comienzan de una forma intermitente, es decir que no se manifiestan de forma continua en el tiempo, sino solo en ocasiones dependiendo de la atención o donde el niño esté mirando, lo cual también conduce a que pospongamos su correcta valoración con la falsa creencia de que es una situación normal.

En todos estos casos es de gran ayuda que hagamos fotos que podamos enseñar a nuestro especialista, pues así si el estrabismo solo ocurre de forma ocasional, podrá valorar esa desviación y confirmar su existencia o establecer el seguimiento que considere más correcto hasta estar seguro del diagnóstico.

Cualquier sospecha de desviación ocular en un niño debe ser valorada por el oftalmólogo especialista en estrabismos, pues puede haber una causa importante subyacente que origine dicha desviación, en ocasiones la ausencia de una correcta visión, o problemas en el desarrollo de sus ojos que requieran un tratamiento urgente, como cataratas congénitas, desprendimientos de retina, malformaciones, etc…

A pesar de todo lo dicho y aunque pensemos que un niño de pocos meses no tiene tal desviación, no nos debemos quedar tranquilos hasta que tengamos una completa valoración del mismo, incluyendo su agudeza visual de ambos ojos, su visión en tres dimensiones y la valoración anatómica y funcional de los ojos en su conjunto.

Ante cualquier sospecha de desviación ocular, independientemente de la edad del niño, no dudemos en acudir a nuestro oftalmólogo para que nos ayude a conocer si precisa algún tipo de tratamiento y el estado de su salud visual. Pensar que como el niño es muy pequeño no va a colaborar y por eso no debemos consultarlo, es un grave error, pues no es necesario que el niño preste una total colaboración para conocer de forma general su estado visual, y sobre todo si hay algún problema, más o menos importante (cataratas congénitas, tumores, malformaciones, etc), o simplemente la posible necesidad de gafas, las cuales podemos establecer en cualquier momento de su vida y predecir en cierta forma la posible necesidad de ellas en las edades del desarrollo, para establecer su tratamiento en el momento más adecuado posible y contribuir al correcto desarrollo de su visión y a evitar la aparición del temido problema del ojo vago.

Existen métodos objetivos para poder valorar en todo momento, independientemente de la edad del niño, el estado de su visión, sin necesidad de que el niño colabore. Pensemos que cuando se trata de un niño, o incluso un adulto, cuyas facultades no son las necesarias para prestar una adecuada colaboración, también realizamos dicha valoración visual, lo cuan indica que la corta edad o la falta de colaboraciónlto, cuyas facultades no estcirmcorta edad o la falta de colaboracicuada colaboracincluso un adulto, cuyas facultades no estcirm no son obstáculo para poder hacer un diagnóstico y un seguimiento adecuado.

Dicha valoración en un recién nacido siempre conllevará la necesidad de dilatar las pupilas (las gotitas que nos pone el oftalmólogo en la consulta), para poder conocer con exactitud el estado de su visión. Sin dilatar la pupila en un niño, más aún en un recién nacido, no podemos valorar muchos aspectos necesarios para una correcta exploración que ya hemos mencionado, e igualmente son necesarias para poder conocer de forma exacta si padece algún tipo de miopía, hipermetropía o astigmatismo que deba corregirse con gafas para evitar el ojo vago.

No dudemos en acudir a nuestro especialista si sospechamos cualquier desviación ocular independientemente de la edad que tenga el niño, pues un tratamiento precoz puede evitarnos muchos inconvenientes a largo plazo.

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